Los Rododendros son arbustos y pequeños arbolitos que pertenecen a la familia de las Ericáceas.
Son plantas muy resistentes al frío. De hecho, se extienden a lo largo de la cordillera del Himalaya y por regiones montañosas de todo el mundo.
Su nombre proviene del griego y significa “árbol de rosas”, puesto que es un arbusto con flores.
Sus hojas pueden ser perennes, verdes, alargadas, coriáceas y crecen en espiral, rodeando los ramilletes de flores.
Las flores crecen durante la primavera, en lustrosos ramilletes. Su forma es de campánula, formada por cinco pétalos y muy variadas, dependiendo de la especie a la que pertenezcan.
Suelen ser de colores como el blanco, el rosa, violetas, púrpuras, etc.
Prefieren los suelos con un PH ácido, y con un buen nivel de humedad, aunque es importante evitar los encharcamientos.
No tolera bien el sol directo, por lo que en jardín es bueno que estén en semisombra o en sombra.
A principios de la primavera, antes de que comience su floración, conviene abonarla dos veces al mes. La floración de estas plantas es muy abundante, por eso necesitan un complemento nutritivo.
Son propensos a las plagas de insectos, como orugas, cochinillas, barrenadores, pulgones, araña roja, trips, etc., y también por hongos. Conviene utilizar tratamientos preventivos y vigilarlas por si hubiera que administrar algún fungicida.
Vía: plantasyjardines.es :-: Autor: Flordeguisante