Se caracterizan por ser muy resistentes y no necesitar apenas cuidados para sobrevivir, pudiendo hacerlo en las superficies más inesperadas. Además, las siemprevivas apenas son atacadas por plagas ni enfermedades.
Las siemprevivas son unas plantas del género Sempervivum, que pertenecen a la familia de las Crasuláceas.
Su nombre se debe tanto al verdor perenne de sus hojas, siempre erguidas, como a su capacidad para vivir en las circunstancias más adversas y soportar climas extremos.
La Sempervivum Tectorum también es conocida como Barba de Júpiter, Alcachofera de gatos o Hierba puntera.
La siempreviva es una planta perenne que crece en forma de alcachofa o piña. Tiene un troco leñoso que rara vez supera los 20 cm de altura, aunque lo más habitual es verla a nivel de suelo, donde se esparce multiplicándose en numerosas y compactas rosetas.
Apenas necesitan agua que pueden almacenar en sus gruesas hojuelas y es bastante habitual verlas crecer entre rocas, en brechas estrechas donde apenas parece existir sustrato, por lo que son muy utilizadas en la ornamentación de jardines.
Durante la floración, que suele darse en verano, a partir de junio, crece de la roseta un vástago cubierto de hojas que puede llegar a medir 50 centímetros, rematado por un ramillete de flores rosáceas con forma de estrella.
Sus hojas son de color verde grisáceo, carnosas y planas, rematadas en una punta de color violáceo.
Se trata de una planta que apenas necesita cuidados, aunque agradece la exposición directa del sol y los climas secos. Se multiplica perfectamente trasplantando hijuelos.
También se le atribuyen propiedades curativas por ser un buen diurético que aumenta la producción de orina y previene la cistitis.
Vía: plantasyjardines :-: Autor: Flordeguistante