La poda es una práctica imprescindible para que los árboles frutales se mantengan sanos, se formen y se desarrollen de forma adecuada y sean productivos. Pero es una tarea tan importante como delicada, y por ello es conveniente conocer los distintos tipos de poda y algunas normas generales acerca de la técnica de podar.
No hay un manual que explique los misterios de la poda de los árboles frutales porque cada frutal es diferente y también lo son sus exigencias; además, existen muchas opiniones distintas al respecto y podría decirse que cada experto sobre el tema aplica su propia técnica.
A pesar de ello, no es difícil introducirse en la materia sis se entiende la finalidad de la poda y se conocen unas cuantas normas generales que pueden servir de orientación y de gran ayuda para el aficionado.
Tipos de poda
Existen tres tipos de poda esenciales que se practican según la edad del árbol: la de formación, la de producción y la de rejuvenecimiento.
- Poda de formación
Se practica cuando el árbol es joven pero ya tiene el vigor suficiente para resistir la operación. Es la que da la forma definitiva al árbol y establece las ramas principales y su orientación. Existen diversas modalidades de este tipo de poda; unas siguen la forma natural del árbol (común en los huertos y jardines de aficionados) y otras fuerzan el crecimiento de las ramas en sentido casi horizontal (común en la fruticultura industrial).
- Poda de producción
Pretende conseguir la máxima producción de frutos de los árboles que ya están formados. Es más intensa en los ejemplares débiles, y más ligera en los vigorosos.
- Poda de rejuvenecimiento
Pretende prolongar la vida productiva del árbol evitando el agotamiento y fomentando el desarrollo de nuevas ramas fructíferas. Se realiza a comienzos de la primavera, cortando gran parte de la madera vieja.
Además de estas podas básicas, existen otras modalidades, como la poda terapéutica ( se cortan las ramas enfermas o rotas para evitar que el árbol enferme), la poda de aclareo ( se cortan las ramas que sobran o que se cruzan sobre otras o impiden el paso de la luz al interior de la copa) y la poda de acortamiento (se cortan las ramas que han crecido demasiado y desequilibran la forma general del árbol).
Una rama no puede cortarse de cualquier modo. Además de limpio, el corte debe realizarse controlando la distancia, la inclinación y la dirección. Un corte incorrecto puede convertirse en un foco de infecciones.
Las formas A, B y C son podas mal hechas, la forma correcta de podar las ramas es la D, que tiene un angulo correcto a la última yema.
Vía: www.tuinen.es :-: Autor: Héctor Hernández