El invierno es un mes duro para las plantas de exterior, puesto que están sometidas a continuas heladas. Algunas veces, las heladas pueden afectarlas gravemente, incluso causar su muerte.
Las peores heladas son las que se producen a finales del otoño y en primavera, porque la planta suele estar desprotegida.
Para entenderlo mejor, hay que conocer los dos tipos de heladas más habituales:
Cuando la helada se produce en pleno invierno, la planta suele estar prevenida. Entra en estado de letargo y reduce sus constantes, siendo menos sensibles a los cambios de temperatura. Además, la humedad del ambiente y el frío hacen que se produzca escarcha. La escarcha afecta a la superficie de la planta y al sustrato.
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Cuando la helada se produce de forma brusca, sin escarcha, la congelación se produce en el interior de la planta. El agua que hay en las células de la planta se convierte en cristales de hielo, rompiendo sus estructuras y los tejidos. Es entonces cuando la planta se vuelve de color negro rápidamente, como si estuviera quemada. Este tipo de heladas, conocidas comúnmente como heladas negras, son las más peligrosas y suelen ocasionar la muerte.
Procura mantener tus plantas protegidas del frío y pon atención durante las estaciones de riesgo.
Vía: plantasyjardines.es :-: Autor: Flordeguisante