El conocido como cactus saguaro es una planta de la familia de las Cactáceas que pertenece al género Carnegiea, el cual cuenta únicamente con una especie de cactus columnar y cuyo nombre oficial es carnegiea gigantea. Tiene su origen en lugares como Sonora (México) y Arizona y California (Estados Unidos). Es un cactus grande y ramificado que puede llegar a superar los 15 metros de altura si se consigue reproducir su hábitat natural.
Su tallo es muy grueso, de unos 75 centímetros de ancho cuando ya se ha desarrollado, y tiene unas 12-30 costillas afiladas y bordeadas con lana parduzca. Sus espinas miden entre 5-7 centímetros y son de color claro aunque con la punta oscura. Es un cactus de crecimiento muy lento.
Cuidados básicos
– Ubicación: tiene que estar en la zona más soleada del jardín si el clima es mediterráneo, y si es un clima frío lo mejor es cultivarlo en interiores, siempre y cuando sea un lugar muy bien iluminado.
– Temperatura: es muy resistente en este sentido, y puede llegar a resistir heladas de hasta -9ºC, siempre y cuando la humedad ambiental sea baja. De todas formas, por norma general es mejor si no se expone mucho a temperaturas inferiores a 10ºC.
– Suelo: la mejor opción es utilizar una mezcla a partes iguales de arena gruesa y mantillo de hojas, o bien un sustrato comercial para cactus que podrás encontrar en tiendas especializadas.
– Trasplante: si necesitas hacerlo, que sea en primavera.
– Abono: aplica un fertilizante especial para cactus una vez en primavera, fijándote siempre en que sea bajo en nitrógeno. No abones más el resto del año.
– Plagas y enfermedades: puede ser atacado por la cochinilla lanosa.
– Multiplicación: lo mejor es a partir de semillas, pero teniendo en cuenta que para que puedan germinar tienen que haber sido fecundadas por otra planta ya que es un cactus que se fecunda a sí mismo.
Vía: https://www.ecologiaverde.com