Saber cuáles son los cuidados de la Poinsettia necesarios para su mantenimiento es fundamental para conseguir prolongar su vida incluso varios años.
Estamos ante una planta de consumo muy estacional y por ello, es normal que se desconozcan muchos aspectos de las necesidades vitales de la planta.
La Poinsettia (Euphorbia pulcherrima) puede disfrutarse tanto como planta de interior como planta de exterior. En este último caso se cultiva como planta de temporada aunque con el tiempo, si persiste en el jardín, se comporta como arbustiva.
Para centrarnos con más propiedad a la hora de exponer los cuidados de la Euphorbia pulcherrima, diferenciaremos aquellos que se acometen cuando es consumida como planta de interior de los que se realizan cuando la tratamos como planta de jardín.
Los cuidados de la Poinsettia como planta de interior
Como hemos avanzado, se suele comprar entre la última semana de noviembre y tercera semana de diciembre, justo antes de la festividad de Navidad. Es una planta que se compra tanto para regalo como para disfrute propio. Se presentan en muchas modalidades, que van desde pequeñas plantas uniflora hasta arbolitos muy ramificados, aunque los tamaños más comerciales son los de maceta de 12 a 16 cm. de diámetro con más o menos ramas, terminando cada una de ella en una inflorescencia rodeada de brácteas de color, normalmente rojo aunque cada año se comercializan más otros colores como el blanco, rosa, amarillas, naranjas o jaspeados, también llamados colores de fantasía.
Como planta de interior estará dentro del hogar. Debemos de tener el cuidado de colocarla cerca de una buena fuente de luz (zona de ventanas), así como evitar exponerla a fuentes directas de calor (radiadores, estufas, etc…). Ojo, los equipos de calefacción generan corriente de aire caliente y seco que puede dañar su follaje.
Su riego debe de ser moderado y siempre dirigido directamente a la maceta, evitando mojar sus brácteas y flores. Esto sólo es una medida preventiva para evitar posibles daños innecesarios. Si optamos por poner un plato la maceta para evitar el manchado de mueble, debemos de retirar el agua sobrante tras cada riego para evitar un encharcamiento y pudrición de sus raíces.
Un buen consejo es regarla en la pila de la cocina o en el baño, dejando escurrir el agua sobrante del substrato. Si se puede regar por inmersión mejor y si además es con agua de lluvia o de grifo reposada durante 24 horas mucho mejor. Cuando utilicemos agua potable, es recomendable tenerla en un recipiente durante un día o más de reposo. En este tiempo se habrá evaporado todo el cloro que se le aplica para su potabilización y que tanto perjudica al sistema radicular de las plantas en general.
En cuanto al abonado de la Poinsettia, será de modalidad de mantenimiento y a las dosis más bajas recomendadas por el fabricante durante el invierno.
Conforme pasen las días, podemos ir retirando aquellas hojas que presenten síntomas de marchitamiento. Estas hojas deben de desprenderse con facilidad. Si tiramos de ellas y les cuesta soltarse del tallo, es mejor dejarlas hasta que prácticamente se caigan por sí solas.
Su floración está vinculada con el fotoperiodo, proceso por el que regula sus funciones biológicas de floración y crecimiento. En este caso, la Poinsettia florece cuando la noche es más larga que el día. Por lo tanto, cuando los días empiecen a ser mucho más largos y las temperaturas más cálidas, ya la podemos sacar al exterior o plantar directamente en el jardín.
Este será también el momento de podarla y tratarla a partir de entonces como una planta de exterior. La poda se realiza con tijeras, eliminando sus zonas florales y cortando las ramas a unos 4 ó 7 centímetros del tallo, siempre sobre un centímetro por encima de una hoja o yema. Si esta yema está orientada hacia el exterior de la planta, mucho mejor ya que tras su brotación, la nueva rama crecerá mejor que si lo hace hacia el interior.
La planta comenzará su brotación como una planta arbustiva y lo hará así durante toda la primavera, verano y principios de otoño. A partir del mes de octubre, con los días ya más cortos, paralizará su desarrollo vegetativo y comenzará su inducción floral.
Si deseamos traspantarla a una maceta mayor, el mejor momento es de cara a la primavera y el sustrato universal o sustrato de plantas de interior son dos de los más apropiados.
Los cuidados de la Poinsettia en el jardín
Si la plantamos en el jardín, debemos de saber que aunque es una planta de exterior, dada las temperaturas bajas del invierno, si se producen heladas la Poinsettia morirá.
Si está bien resguardada, ha pasado el invierno dentro de casa o el clima es cálido, una vez en el jardín se cuidará como una planta arbustiva en flor.
Lo primero que debemos de tener en cuenta es elegir adecuadamente el lugar dónde vamos a plantarla. Es una planta arbustiva de exterior que, cuando el clima es cálido y los inviernos suaves, su desarrollo puede alcanzar varios metros de altura.
La Poinsettia ramifica fácilmente, aunque la fragilidad de sus tallos aconseje plantarla en lugares resguardados de los fuertes vientos. Los lugares de plantación más adecuados son por ejemplo al lado de un cercado o alguna pared de la casa, permitiendo en cierto modo que crezca ‘apoyándose’ sobre estas estructuras.
Es importante que el suelo sea poroso y la zona lo más cálida posible, además de contar con mucha luz. En estas condiciones puede alcanzar perfectamente los tres metros de altura.
Otro aspecto a tener en cuenta y que ya hemos mencionado antes, es que florece cuando la noche es más larga que el día y por ello sólo florece de forma natural en invierno ( en el hemisferio norte). Para evitar problemas de floración, nunca la plantaremos en lugares con farolas o alumbrado nocturno ya que al disponer de luz extra por la noche no florecerá, la planta queda ‘engañada’ como consecuencia de que se le alarga artificialmente el día.
Los riegos y abonados serán comunes al resto de las plantas que se encuentran en el jardín, puesto que crece como una planta arbustiva más. Hay que tener en cuenta que el riego no debe de ser muy abundante porque los terrenos encharcados no les favorecen. Y sobre el abonado, en épocas de bajo desarrollo (época invernal) utilizar las dosis más bajas recomendadas por el fabricante, siendo más elevada conforme veamos que mejora el clima y aumenta la velocidad de crecimiento (desde principio de primavera hasta mediados de otoño).
La poda de la Poinsettia en el jardín puede ser de formación durante toda su etapa de crecimiento para mantenerlas compactas. A finales de septiembre o principios de octubre, realizaremos la última poda del año si procede ya que pocas semanas después empezará su natural inducción floral.
Plagas y enfermedades de la Poinsettia
Dentro de casa, la Poinsettia no suele tener problemas de plagas o enfermedades. Si vemos que sus raíces se pudren, el problema es muy probable que provenga de un exceso de riego.
En el jardín es distinto. Como cualquier otra planta está expuesta a reinvasiones de otras plagas de campos colindantes u otras zonas del jardín.
Las plagas más frecuentes son la mosca blanca y los ácaros durante la época cálida del año. Tratamientos con un insecticida sistémico y un acaricida se pueden controlar fácilmente si se cogen a tiempo. En los dos casos, debemos tener la precaución de mojar bien el envés de las hojas ya que ambas plagas se ubican en esta parte de las hojas.
En cuanto a enfermedades, si no nos excedemos en el riego y el terreno es poroso, no habrá problemas ya que es una planta muy rústica.
Via: www.floresyplantas.net
Autor: Fernando Cuenca