Su nombre científico es Gladiolus spp., y es conocido por los nombres de Gladiolo, Gladiolos o Espadilla. Pertenece a la familia de las Iridaceae. Proceden los gladiolos principalmente del Sur de África, Oriente próximo y del Sur de Europa y no presentan gran dificultad en lo que al cultivo se refiere.
Puede alcanzar una altura entre los 60 cm. y los 180 cm. Se desarrollan los gladiolos a partir de un tallo subterráneo llamado corno (parecido a un bulbo pero con forma redondeada).
Sus hojas son ensiformes abrazándose mutuamente a la base, rígidas y erectas recorridas de numerosas nerviaciones paralelas.
Los tallos del gladiolo alcalzan 1-2 m. de altura, recubiertos de hojas en su porción inferior y sosteniendo flores sésiles reunidas en espiga insertas sobre «una falsa espata aguda».
Los colores de las flores son muy variados, la época de floración del gladiolo es entre verano y el otoño. Eso si, en climas templados florece todo el año.
Luz
A pleno sol. Requiere bastante luminosidad; florece cuando los días son mayores de 12 horas.
Temperaturas para el Gladiolo
Las temperaturas óptimas para su desarrollo son de 10º – 15º C. por la noche y de 20º – 25º C. por el día.
Suelo
Bien drenado y rico en humus, aunque se adapta a gran variedad de suelos. El terreno que se elija no debió haberse utilizado el año anterior para el mismo cultivo, pues las plagas suelen atacar con facilidad a estas plantas.
Cultivo
La profundidad de plantación de los gladiolos es de 7-8 cm. Se deben colocar tutores en el momento de la plantación para mantenerlos bien derechos cuando crezcan.
Cuando la planta comienza a nacer deberá amontonar al pié de la misma alguna tierra, formando una especie de montículo.
Riego del Gladiolo
A fondo al principio y luego muy escasamente hasta que aparezcan los brotes. A partir de ese momento, el terrero debe de estar húmedo, pero no inundado.
Durante el cultivo no debe faltarle el agua, en especial cuando aparezca la vara floral, porque podría abortar y no dar flores.
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