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BROMELIAS

Si te gusta que tu casa esté decorada con plantas, pero no tienes tiempo suficiente para ellas, seguramente la bromelia sea una buena solución para tu problema. Son plantas resistentes que no requieren muchos cuidados y darán un toque original a las estancias. Además, son muy decorativas, especialmente en las nuevas tendencias orientadas al minimalismo, en las que las bromelias ocupan un importante lugar.
Llegadas de Sudamérica y más concretamente de Brasil, son una buena alternativa si queremos innovar. En su hábitat natural se desarrollan en las ramas de los árboles, pero en los países occidentales se consideran plantas de interior. La familia bromeliaceae está compuesta de muchas especies de características similares. Las que encontramos de forma más frecuente en las floristerías son la Guzmania, la Neoregelia, la Tilandsia y la Vriesea.


Cómo reconocerlas
La bromelia es una planta perenne que puede llegar a medir un metro de altura. La Guzmania, que es la más común, tiene sus hojas lanceoladas y de un color verde muy intenso y brillante. 
Con el crecimiento, la punta pasa a ser roja, llegando a adquirir forma de flor, aunque en realidad no lo sea. En algunos casos, después de pasar grandes periodos de tiempo, aproximadamente de dos años, puede llegar a tener verdaderas flores que perderá en tan solo dos días. Una vez que se produce la floración, la planta se marchita y acaba muriendo.
Algunas especies también pueden ofrecer una forma de rosetas de largas hojas curvadas, de márgenes lisos y arqueados, con frecuencia escamosas y manchadas con bandas transversales. Sus flores pueden estar rodeadas de hojas, normalmente rojas o amarillas, que pueden durar varios meses. Su crecimiento, en general, es lento, desarrollándose principalmente en primavera y verano.
Algunos cuidados
Hemos de reconocer que no son muchas las atenciones que esta especie demanda de nosotros, aunque no por ello debemos olvidar unas pautas básicas para su correcto desarrollo. De esta forma podremos disfrutar de su belleza por mucho tiempo.
Al ser una planta tropical necesita humedad constante. Además de regar el terreno, depositaremos agua tibia en la copa que forman sus hojas y la pulverizaremos de forma regular. Lo mejor es usar agua sin cal; para conseguirla podemos almacenar la de la lluvia, hervirla o usar un descalcificador.
Aunque sea una planta de interior, podemos sacarla al jardín cuando llueva, siempre y cuando la temperatura no sea muy fría. Normalmente la regaremos una vez a la semana, aunque en los meses de calor aumentaremos la dosis de agua.
Dónde situarlas
El terreno en el que mejor se conservan es el ácido, rechazando los calcáreos. Lo ideal es una mezcla de tierra de jardín, turba y arena a partes iguales. Debe ser rica en nutrientes, por lo que la podemos abonar cada 15 días en primavera y en el verano. También podemos incluir un abono universal en el agua de riego. La temperatura ambiente ideal para las bromelias oscila entre los 15 y los 20º C. Debes situarlas en lugares luminosos, pero sin que reciban directamente la luz del sol.
Posibles enfermedades
El hecho de regar la planta desde su copa puede provocar la aparición de hongos por la humedad constante a la que está sometida. Para evitarlo, debemos vaciarla cada 15 días y sustituirla por agua nueva. 
Mantener la tierra húmeda de manera constante también puede provocar que la parte inferior de la roseta foliar se pudra. Nos daremos cuenta de esto si las hojas tienen manchas negras. Ante esta situación lo mejor es dejar de regarla, al menos de forma temporal. Si le da el sol directamente, sus hojas pueden quemarse.
Normalmente no presenta muchas enfermedades, aunque los pulgones son sus principales enemigos, dejando en sus hojas una capa pegajosa que hará que se reproduzcan con facilidad en lugares secos. Para acabar con ellos, lo mejor es aplicar un insecticida adecuado y aumentar su riego.
Reproducción
Se multiplica a partir de los rebrotes que nacen junto a la base de la planta madre. Los separaremos con cuidado por debajo de las raíces que la unen a la planta principal y la traslaredamos a una nueva maceta. Mantendremos la nueva planta en un lugar cálido y con la humedad necesaria. Pasados unos días estará totalmente adaptada.

 

 

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