El arbusto elefante se conoce oficialmente como Portulacaria y pertenece a la familia de las Portulacáceas, recibiendo también el nombre de hierba de los elefantes. Es un arbusto que se encuadra dentro de las plantas crasas o suculentas, pudiendo alcanzar 15 metros de altura si su cultivo es el adecuado.
Sus hojas pueden ser redondeadas u ovaladas, tiernas, jugosas y miden unos 2 centímetros. Florece cuando llega el final de la primavera, y le salen flores pequeñas y rosadas que se presentan en penachos. Es un arbusto perfecto para rocallas, setos o macetas, y también se utiliza mucho en el arte floral japonés ikebana.
Principales cuidados
– Ubicación: necesita estar en un lugar a pleno sol durante buena parte del día.
– Temperatura: el único requisito que tiene en este sentido es que no soporta el frío, así que en época fría lo mejor es cubrirla con un plástico o meterlo en interiores.
– Suelo: le vale la tierra normal de jardín, a la que habrá que añadir un cuarto de arena y otro de turba.
– Trasplante: cuando quieras hacerlo tiene que ser en primavera, el resto del año no cuajará bien.
– Riego: debes aplicarlo una vez por semana pero que no sea abundante, ya que al ser una planta suculenta es muy sensible al exceso de agua. Espera a que la tierra se haya secado para regar de nuevo.
– Poda: hazla a comienzos de primavera para darle forma.
– Abono: aplica fertilizante líquido una vez al mes, solo durante la primavera y verano. Si quieres que salgan más hojas, rocía de vez en cuando con un estimulante hormónico.
– Multiplicación: se puede hacer en verano con el método de esquejes plantados en la arena.
– Plagas y enfermedades: esta planta solo tiene riesgo de ser infectada si hay un exceso de riego. Vigila eso y estará totalmente sana.
Vía: http://jardinplantas.com/
Autor: Marian Otero