Se conoce como lirio de España y pertenece a la familia de las Iridáceas y al género Iris, el cual está formado por más de 300 especies de plantas rizomatosas y bulbosas que tienen su origen en zonas templadas de América, Europa, Asia y África. Se le conoce también por otros nombre vulgares, como iris de Holanda o lirio español.
Es una planta perenne que tiene un pequeño bulbo y que puede llegar a medir algo más de medio metro de altura. Tiene hojas alargadas y lineares que pueden curvarse en algunas ocasiones. Sus flores son preciosas ya que pueden ser en colores como el violeta, amarillo, blanco o azul, según de que variedad se trate. Florece siempre en primavera y verano, siendo una opción ideal para decorar cualquier ambiente.
Cuidados básicos del Iris
– Ubicación: al ser de cultivo muy fácil, se suele utilizar para formar macizos en el jardín, pero también quedará muy bien en macetas o jardineras, tanto en interiores como en exteriores. Necesita estar en un lugar a pleno sol.
– Temperatura: lo mejor es que esté a temperaturas templadas durante todo el año, pudiendo llegar a tolerar alguna helada siempre que sea suave y no baje de -2ºC.
– Suelo: el que mejor le sienta es uno que sea suelto, arenoso, ligero y un poco calcáreo. Es importante que desentierres los bulbos y los guardes en un lugar seco y oscuro cuando haya finalizado la floración y las hojas ya se hayan secado.
– Riego: tiene que ser abundante durante la fase de crecimiento y menos frecuente una vez finalizada. En ningún caso debe encharcarse.
– Abono: será suficiente con un abono a base de estiércol que hay que poner antes de plantar los bulbos y que aplicarás de forma anual.
– Plagas y enfermedades: es una planta muy resistente en este sentido, así que es prácticamente imposible que se vea atacada.
– Multiplicación: se puede hacer por semillas, pero la verdad es que es un proceso muy lento así que lo mejor es adquirir los bulbos.
Vía: http://jardinplantas.com
Autor: Marian Otero