Nombre popular: Ortiga muerta – Faro de plata
Crece en casi toda Europa en diversos hábitats, sobre todo en lugares frondosos de ambiente umbrío con suelos fértiles y húmedos gran parte del año.
Esta pequeña planta herbácea pertenece a la familia de las Lamiaceae, anteriormente conocida como Labiatae.
Hasta hace no mucho sólo se la podía ver en el campo, pero su agradable apariencia silvestre llevó a los jardineros a emplearlas en áreas sombreadas del jardín con un magnífico rendimiento.
A la Ortiga muerta le gusta tener un entorno húmedo y no tolera en absoluto la sequía, por ello hay que mantener en todo momento el sustrato húmedo.
Si la planta sufre un periodo de sequía prolongado perderá el follaje y es muy posible que no se recupere nunca.
El sol intenso la daña de igual manera, sólo resiste el suave sol de la mañana que desempeña una acción favorable sobre la planta.
El nombre popular «Ortiga muerta» describe por un lado la semejanza con la ortiga y por otro la carencia de picazón al entrar en contacto con la planta.
Su condición de crecimiento compacto, poco elevado y dilatado, la hace muy apropiada como cobertura de suelo para iluminar zonas de sombra, de igual forma evoluciona inmejorablemente en jardineras o macetas colgantes.
Los emplazamientos de semi-sombra son los ideales para su desarrollo, incluso una sombra luminosa.
Hay que procurar que el entorno sea fresco y que conserve una cierta humedad constante.
La Ortiga prefiere las zonas umbrosas, cercanas a cursos de ríos, arroyos, o donde el agua fluya cercana a ella.
Sus hojas nacen opuestas, poseen una forma triangular acabada en una punta pronunciada, los nervios están bien pronunciados y los márgenes dentados.
El color del follaje es de un tono verde plateado con una estrecha franja verde oscura que la rodea, el envés es totalmente verde claro. Los márgenes de las hojas y tallos son pilosos.
La Lamium maculatum tiene las hojas ligeramente más grandes, estrechas y son completamente verdes.
La floración aparece a mediados de la primavera y se prolonga hasta el inicio de verano; la limpieza de flores pasadas y un moderado recorte producirá una nueva floración que puede extenderse hasta la aparición del otoño.
Las flores son de color rosa jaspeado púrpura, poseen una corola bilabiada, el labio superior en forma de capucha que protege los estambres y el inferior dividido en tres lóbulos.
Las flores por si mismas no son deslumbrantes por lo pequeño de su tamaño, pero al presentarse en densos racimos otorgan a la mata un interesante toque de color y bello contraste con el follaje.
Es adecuado efectuar un buen recorte sobre la mata en otoño, esto propiciará su crecimiento y floración al comenzar la estación primaveral.
Multiplicarla a través de esquejes es realmente fácil, de hecho los tallos que se encuentran tendidos sobre el suelo suelen enraizar sin colaboración.
La división de la mata es otra opción viable de gran sencillez.
Vía: http://plantayflor.blogspot.com.es/
Autor: Carmen Pereira