Esta es una herbácea perenne y tremendamente rápida en su crecimiento, en poco tiempo puede cubrir una buena superficie de terreno, siempre que éste sea lo suficiente húmedo.
La Lysmachia Nummularia también es conocida por los nombres de Planta de la Moneda, Planta del Dinero, Hierba de la Moneda, Euro o Monetaria.
Procede de regiones húmedas europeas y pertenece a la familia de las Primulaceae. Se trata de una planta de naturaleza rastrera que forma una gran mata de tallos postrantes. Produce tallos delgados y muy extensos con una gran facilidad de enraizar.
La velocidad que puede llegar a tener la Planta de la Moneda en su desarrollo hace que se la considere en algunas zonas como una planta invasora. Este riesgo se puede paliar si se le pone coto a su libre crecimiento.
Gracias a su modo de desarrollarse, resulta muy apropiada para alfombrar amplias formas de terreno, para jardineras u otro contenedor donde pueda colgar de forma ornamental, o bien para cubrir pequeños muretes.
Los largos tallos se cubren de pequeñas hojas que nacen opuestas, éstas poseen un peciolo muy corto, son lustrosas, redondeadas, con los bordes ligeramente rizados y de color verde lima.
Las hojas parecen pequeñas monedas, lo que le da a la planta su nombre común.
Las flores aparecen de manera numerosa hacia mediados de verano, por lo general brotan a pares en las axilas de las hojas, son pequeñas y de color amarillo muy intenso.
Admite las exposiciones a pleno sol en regiones con un clima suave, de semi-sombra e incluso de sombra densa. Lo que le resulta indispensable es que al ambiente sea lo más húmedo posible.
Los riegos deben ser regulares y abundantes. Durante el verano la planta agradece un rociado diario de agua sobre el follaje. En interior puede prosperar sin problemas en pequeños contenedores.
Los suelos secos son un auténtico problema para esta planta, es incapaz de soportar la falta de humedad. De modo que si el suelo se mantiene seco acabará con la planta en muy poco tiempo.
Entre las diversas formas de reproducirla, la más sencilla resulta dividir la mata en varias porciones y plantarlas directamente en el suelo del jardín que se encuentre a la sombra, en jardineras o en macetas. Otra fórmula muy simple, es a través de fragmentos de tallo que se plantan en un sustrato muy húmedo.
La planta, se encarga de extenderse por sí misma mediante las raíces que emiten en los nudos de los tallos que se encuentran en contacto con terreno húmedo.
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