Los dos métodos principales de secado de semillas son el llamado proceso húmedo, que se utiliza para plantas que producen las semillas de frutas u otro medio húmedo, y el procesamiento en seco, que se utiliza para las plantas que producen semillas secas, como las que producen vainas.
Procesamiento húmedo
– Raspa las semillas de la fruta y enjuaga para retirar restos.
– Ponlos en una bandeja o un cubo lleno de agua, deja remojar unos minutos para remover la capa superior, ya que a menudo es no viable.
– Vierta el agua a través de un colador para recoger la semilla.
– Coloca las semillas limpias en una bandeja o un trozo de tela que permita que se sequen a la luz solar direta.
Procesamiento en seco
– Recoge las semillas y ponlas a secar en una bandeja o un pedazo de tela.
– Cuando las semillas estén completamente secas, quiere decir que están listas para su almacenamiento. Debes eliminar cualquier resto de suciedad cepillando suavemente o tocando con los dedos o tamizado a través de un colador fino.
Guardálas en sobres de papel etiquetados con el tipo de semillas que almacenan y la fecha.
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