Nombre común: Filodendro violín
Esta es una trepadora que posee hojas de forma poco común, circunstancia que la hace tremendamente interesante. Es originaria del sur de Brasil y pertenece a la familia de las Araceae.
Exige las mismas atenciones que los demás miembros del grupo, pero es algo más delicada en cuanto a su necesidad de humedad atmósferica.
Este género forma un grupo organizado por arbustos pequeños, árboles y numerosas trepadoras de abundantes raíces aéreas que en su estado salvaje utilizan para rodear y fijarse a los árboles.
Representa muy bien el dimorfismo, esto es el efecto de exhibir un follaje con formas diferentes entre su estado juvenil y el adulto, resultado que se produce en muchas especies de Philodendron.
Las hojas están sujetas por largos y fuertes peciolos, son de textura firme y lustrosa, de color verde oliva y pueden alcanzar los 30 cm. de longitud. En su etapa adulta recuerdan a la forma de un violín, son grandes, con dos lóbulos laterales anchos y uno central largo con las puntas redondeadas.
Las formas redondeadas de los lóbulos pueden con el tiempo hacerse algo puntiagudas. Las hojas se deben limpiar con cierta regularidad para que destaque su brillo natural, pasando sobre la superficie un paño o algodón humedecido en agua templada y jabonosa.
Se acomoda bien al ambiente de interior si se crea un clima donde se encuentre confortable, esto se logra con una buena dosis de claridad y una humedad ambiental muy elevada.
Los tallos son robustos, con una condición natural a curvarse que puede ser difícil encauzar su crecimiento de forma estética en ejemplares grandes, esta tarea es indispensable realizarla con plantas aún pequeñas, colocando un soporte firme en el que ir guiándolas.
Las plantas ya desarrolladas presentan una floración que consta de una espata o bráctea grande, que rodea la espiga de diminutas flores. En interior jamás florece y al aire libre tiene que darse una serie de condiciones cercanas a su ambiente natural.
El sustrato necesita de una humedad constante pero sin permitir que quede empapado de modo continuo. Abonar quincenalmente con un fertilizante líquido para plantas verdes.
No es demasiado usual encontrar a la venta esta especie de Philodendron, lo que hace difícil hacerse con ella; es más sencillo pedir a alguien que tenga la planta que nos facilite un trozo de tallo que tenga algunos nudos.
Esa es una de las fórmulas para propagarla, mediante segmentos de tallo o bien esquejes apicales.
Si la planta se encuentra en un contenedor se puede realizar un fraccionamiento del cepellón, pero esto sólo es posible mientras el ejemplar es joven, luego resulta más complejo si la planta es demasiado grande.
Vía: http://plantayflor.blogspot.com.es/
Autor: Carmen Pereira