¿Cual es la clave?
Mantener a raya el mayor de los problemas: la falta de humedad ambiental, que es precisamente lo que promueve la calefacción. Si se logra sostener los niveles de humedad, la mayoría de las plantas podrán disfrutar de la calidez constante que otorgan los suministros de calefacción, sin sufrir demasiado.
¿Todas las plantas por igual?
Definitivamente no: muchas plantas, y esto incluye por ejemplo a la mayoría de los cactus, necesitan un período de descanso cuando los días se acortan y en este momento también prefieren temperaturas más frescas. Si tienes una habitación en la casa que no tiene calefacción, elige ésta para ellas. Para tener una idea clara, una temperatura 10º – 13º C, sería lo ideal.
¿Cómo dar humedad?
Precisamente este es un punto clave: por ejemplo en el caso de los cactus, justamente el riego no es una opción. Por otra parte, el aire seco y caliente de los radiadores es necesario y no es un fantasma que hemos de evitar a toda costa. Como en tantas cosas, el equilibrio es la clave.
El calor de un radiador debe ser orientado para proponer calor a las raíces y las hojas de germinación, siempre hablando de plántulas jóvenes y otras plantas que gozan de un ambiente cálido. Sin embargo, muy pocas plantas serán capaz de soportar el calor directo y la baja humedad que va a menudo con la cercanía a la calefacción. Afortunadamente hay maneras de combatir ambos problemas.
Utiliza un estante sobre el radiador para colocar un recipiente con agua, de modo que el calor impacte y sea continuo el proceso de evaporar agua y que ésta se libere en forma de humedad ambiente. Asegúrate de que sea lo más amplia posible, su difusión entre las hojas de las plantas. Si es necesario, colocarás más recipientes en diferentes partes de las habitaciones.
Otra buena idea es colocar una bandeja con guijarros y agua para mantener la humedad. Si a ello sumas vaporizar agua con un vaporizador manual, los niveles de humedad estarán garantizados.
Via: http://blogjardineria.com
Autor: Escarlata