Cualquier variedad de rosal tiende a brotar constantemente desde la base. Sin embargo, con los años los tallos se van debilitando al tener la competencia de los tallos nuevos. Si no se realiza ninguna poda, con el tiempo el rosal se puede convertir en una gran maraña de ramas vivas y muertas y con una reducida floración de escasa calidad.
En cambio, si los rosales se podan se acelera este proceso natural, eliminando los tallos viejos constantemente, lo que favorece la aparición de otros fuertes y nuevos, que florecerán abundantemente. Es posible que ya sepas cómo podar los rosales pero, ¿sabes cuándo hay que hacerlo? Te lo contamos a continuación.
La mejor época
El mejor momento de podar los rosales es al finalizar el invierno. Es importante asegurarse de que ha comenzado el buen tiempo para evitar que las heladas afecten al rosal una vez ya se ha podado. Si el clima templado se hace esperar, lo mejor es postergar la poda hasta que la temperatura sea más conveniente y estable. Para saber cuándo es el momento exacto puedes observar los brotes y, si estos se han agrandando, será tu momento.
Algunos consejos prácticos
A la hora de podar los rosales tienes que tener varios factores en cuenta. En primer lugar, deberás protegerte las manos con guantes para evitar que se dañen con las espinas. También es importante que te hagas con unas buenas tijeras. Por otro lado,es esencial que antes de comenzar sepas qué forma deseas darle a tus rosales. Lo más habitual es cortarla haciendo una figura de jarrón.
Mientras estés podando deberás asegurarte de que no dejas ninguna caña con aspecto arrugado o de color negro, y también deberás quitar los retoños que están creciendo para impedir que estos le resten vigor al resto del rosal.
Vía: http://jardinplantas.com/
Autor: Ana Pérez