Se trata de un arbusto erecto de hasta 2 metros de altura, procedente de diversas regiones que alcanza desde Portugal hasta Italia, incluyendo el norte de África.
Habita en lugares medianamente húmedos, márgenes de ríos y zonas costeras y arenosas, en ocasiones se la encuentra creciendo de forma salvaje.
Todo el conjunto representado por las Lavateras lo componen 25 especies de notables plantas de carácter anual, bianual o perennes.
Gozan de gran admiración en jardinería por su resistencia y por el enorme despliegue de floración, tanto por su abundancia como el dilatado periodo en que lo llevan a cabo.
Son plantas amantes de las exposiciones bien soleadas, como sucede con la mayoría de miembros de la familia de las Malvaceae.
El Malvavisco rizado forma amplias matas espesas que son perfectas para formar grupos decorativos aislados en el jardín; se puede plantar en contenedores holgados, pero resulta más llamativa cultivada directamente en el suelo.
Posee hojas de color verde grisáceo, dispuestas de forma alterna, largamente pecioladas, de hasta 15 cm. de largo, con ambas caras pubescentes, variando en la forma y tamaño según sean inferiores o superiores; las inferiores más o menos redondeadas y las superiores ovaladas terminadas en punta, con 3 ó 5 lóbulos.
Las flores de cinco pétalos de color rosa profundo, surgen solitarias en las axilas de las hojas, formando una inflorescencia larga, en forma de espiga.
Otra característica singular de esta especie es su extraordinaria aptitud para adaptarse a suelos poco fértiles o áridos, aunque si disfruta de una tierra rica mejorará el rendimiento de su floración.
De los pocos cuidados que requiere la Lavatera está el apartado del riego que requiere de cierta vigilancia, es una planta que no tolera el exceso de humedad, por lo que los riegos deben ser comedidos, siempre hay que hacerlo en profundidad y dejando que el terreno casi se seque para regar de nuevo.
Comienza su floración al inicio de verano hasta la llegada del frío que comienza el deterioro natural de la planta, momento en el que ya se puede interrumpir los riegos dejando que la mata sucumba pues ha terminado su ciclo normal por tratarse de una planta anual.
Los frutos están compuestos de numerosas fracciones, cada una de ellas porta una semilla.
La propagación no presenta inconvenientes dado la facilidad para que germinen las semillas. Éstas se plantan en primavera, se mantienen en un lugar templado y germinarán en un par de semanas.
Via: http://plantayflor.blogspot.com.es