Esta pequeña planta, conocida por el nombre de Orégano de Creta, tiene un carácter perenne y crece de manera espontánea en barrancos, laderas y zonas áridas de la isla de Creta de donde es oriunda y, de donde deriva su nombre habitual.
Es en esta isla griega, donde desde hace cientos de años sus pobladores utilizan esta planta con fines medicinales para hacer frente a diferentes dolencias corporales.
Esta planta de tallos y hojas lanosas, pertenece a un género compuesto por alrededor de unas 20 especies de hierbas aromáticas concernientes a la familia Labiateae.
Se puede entender que dado los espacios en los que evoluciona en su lugar de procedencia, le gusta los emplazamientos bien soleados, por lo que es capaz de adaptarse a situaciones estivales secas y tórridas.
Es bien difícil que se aclimate a los ambientes de interior, ya que necesita de forma indispensable de emplazamientos bien soleados y aire libre.
A diferencia del orégano común esta variedad tiene las hojas redondeadas, de color verde grisáceo, cubiertas de una fina capa algodonosa blanca, más cuantiosa en las hojas jóvenes, y cuerpo más grueso que la especie más conocida.
Las hojas disfrutan del magnifico aroma típico de esta especie, pese que a la hora de cultivarla no sea la principal razón para hacerlo, porque una de las cosas que más llaman la atención en este planta es que puede ser muy decorativa como planta colgante gracias a sus largos tallos, además de la singularidad de las brácteas superpuestas que guardan las pequeñas flores de color lila y que forman una cascada de racimos alargados, con una variada tonalidad rosa con mucho encanto.
La floración tiene ocasión hacia mediados de verano y llegando la misma hasta bien entrado el otoño.
Tiene una excelente tolerancia a la frialdad del invierno, ahora bien, si las heladas son intensas y prolongadas la planta puede sufrir un deterioro en su parte aérea.
Uno de los puntos más delicados en esta curiosa planta es el riego, no le gusta que se les rocíe con agua, de hecho, el que las hojas permanezcan con restos de agua le afecta de sobremanera en su aspecto, por tal motivo, a la hora de regarla es preferible hacerlo directamente sobre la tierra o mediante un cuenco en la base de la maceta.
Hay que tener en cuenta que el orégano resiste impecable la falta de agua por periodos prudentes de tiempo.
El suelo debe ser regado poco y a menudo teniendo cuidado de no encharcarlo porque esto causa la putrefacción de las raíces. La planta requiere algo más de agua cuando está en su fase joven y en pleno periodo de floración, por contra es importante saber que sobre todo no tolera los suelos húmedos de invierno.
Al ser una planta rústica no demanda abono, en todo caso al comienzo del periodo activo para estimular su crecimiento.
No es necesario suministrarle una poda propiamente dicha, pero si una eliminación de las partes dañadas o secas.
Con las hojas secas se prepara un té muy fragante al que no se le añade ningún tipo de ingrediente artificial.
Se propaga a partir de abril mediante semillas, o bien por esquejes sanos de ramas vigorosas, de unos 10 cm. de largo.
Via: http://plantayflor.blogspot.com.es